El proyecto artístico “Micosis, trazos autobiográficos” es una obra artística la cual se presenta como una colección de tres autorretratos como piezas pictóricas, en donde cada pieza toma como base un momento a representar, desarrollándose bajo el motivo de una vivencia personal enmarcada en una enfermedad crónica.
Esta enfermedad aparece a mis trece años; sin embargo, es hasta los dieciséis que inicio un tratamiento médico en busca de una recuperación. Si bien, este suceso marca un antes y después en mi vida, debido no solo a los cambios que se generaron en mi contexto social y cultural; sino que además, sobrellevaba la transición de mi infancia a la adolescencia, etapa en la cual se da la construcción y mismo sostenimiento de la/mi identidad. En ese sentido, el proyecto se concibe con el objetivo de plasmar dichos autorretratos, mi identidad, teniendo en cuenta la influencia de esta experiencia en concreto, como también las vivencias y contextos en los que me encontraba. El autorretrato me permite desenvolverme en esa marea de cuestionamientos, de reflexiones y divergencias, gracias a que es un estudio sobre la identidad, personalidad y carácter de la persona autorepresentada, es uno de los ejercicios de análisis más profundos que pude realizar más que como un artista y el cual protagonizo con el fin de plasmar el ser y la sensibilidad misma. Sugiriendo a su vez, un trabajo introspectivo que implica el desarrollo de un intercambio simbólico entre autor y espectador, con la clave de descifrar no sólo lo que he revelado; sino, lo que inconscientemente me he permitido ocultar. Para el propósito del proyecto según lo planteado, a modo personal la pintura permite interactuar desde polos distantes incluyentes, de manera que, si se sitúa A pueda vincular a B, sin excluir uno del otro, permite ir y venir, construir y deconstruir sin destruir, sujeto a la experiencia de vida que se fundamenta en lo irreparable o irrenunciable. La pintura se convierte en ese gesto íntimo que quizás se transforma en terapia, pero no entendida como esta, sino como mediador y acción que posibilita al sujeto quedar expuesto libremente sin prejuicios, sin necesidad de la oralidad para su soporte. Es imposible explicar la pintura, si se ha pintado es precisamente porque no puede explicarse de otra manera, lo único que se puede ofrecer es un indicio de la dirección que se tenía en mente.