La obra “Tríptico de la Remembranza” se origina en el acompañamiento psicosocial a Natalia y su familia, abordando temas como la memoria, la sanación y la imagen, a través de la dialéctica de Walter Benjamín. La investigación plantea cuestiones fundamentales sobre la ausencia, la memoria y el papel del arte en la sanación en un contexto de injusticia social. A través de dos retratos bordados, la obra representa la vida de Natalia y su hermano Brayan, víctimas de la violencia policial, utilizando el bordado como una técnica que simboliza las historias interrumpidas y las conexiones rotas.
La obra incluye un vaso de agua, símbolo de la vida y homenaje a la tradición latinoamericana de ofrendar agua a las almas. Al hacerlo, se busca dar visibilidad a las experiencias de la familia afectada, promoviendo un espacio de diálogo sobre la violencia estatal y sus consecuencias.