¡El papel lo aguanta todo! Pero como amores, dolores y letras, no pueden estar encubiertas… Acuerdos, conversaciones, procesos, negociaciones, constituciones, comisiones, proyectos de ley, mecanismos de refrendación, plebiscitos. Hablar de la paz desde el registro material en el papel. Hablar de la paz desde la representación de un papel. El palimpsesto es la mejor metáfora de que el papel lo aguanta todo: textos que se sobreponen sin ocultarse del todo, simplemente transparentándose.
El apacible texto, superficie azogada, testigo pétreo, nos ofrece una imagen de la paz, unas veces como derecho, otras como deber, tanto como artículo constitucional y por lo mismo ley. Pero ¿hay paz más allá de los acuerdos, de las conversaciones, de los procesos, de las negociaciones? ¿Habrá paz entre los juegos de palabras que pueden sacarse del artículo 22 de la Constitución Política? ¿Habrá paz si lo codificamos en morse? ¿Y si lo hacemos en código binario? ¿Habrá paz si la misma se escribe sin vocales?
La paz de los sistemas y de las máquinas. La paz de la sobreinformación. ¿Es acaso la promesa de la automatización de la política, del gobierno y de la administración? La paz de la estadística, de la probabilidad y de los datos. En la programación de los algoritmos, ¿cuál es el papel de la voluntad, de la soberanía popular?