La violencia de género es una realidad preocupante que persiste en sociedades de todo el mundo, incluyendo Colombia. Esta problemática no solo afecta a las víctimas de manera directa, sino que también afecta los fundamentos de una sociedad justa y equitativa. Es en este contexto es que surge la necesidad de abordar la violencia de género de manera creativa, reflexiva y comprometida.

Este proyecto de fotografía performance sobre la violencia de género nace a través de un esfuerzo artístico y social destinado a poner de relieve las complejas dimensiones de este problema, así como a promover la conciencia, el diálogo y la acción en las mujeres a través de un lenguaje artístico poderoso y evocador, este proyecto busca encontrar un espacio con mujeres y visibilizar las diferentes manifestaciones de la violencia de género, empoderar a la mujer, crear diálogos y espacios de arte con esas víctimas de la violencia, lo más importante de este proyecto es poder ofrecer un espacio de reflexión y sensibilización que fomente la solidaridad y el cambio.

La violencia de género no conoce límites geográficos, sociales o económicos. Afecta a mujeres de todas las edades, orígenes étnicos y niveles educativos. Es un problema que se manifiesta en lo privado y en lo público, en el hogar y en la calle, en el ámbito laboral y social. Para abordar esta complejidad, adopte por el lenguaje del performance, un medio artístico que trasciende las barreras del lenguaje y se sumerge en el corazón de las experiencias humanas.

«Somos todas” es un proyecto performático que surge como una respuesta artística a la violencia de género. Este proyecto se sumerge en la vida de mujeres que han experimentado la violencia, utilizando la fotografía performática como medio de expresión y conexión, a través de encuentros íntimos, las participantes comparten sus historias, gestos y posturas, transformando el dolor en un testimonio visual de resiliencia. Esta obra va más allá de la captura de imágenes; se embarca en un segundo acto crucial de curación a través del arte terapéutico. Estos encuentros posteriores se convierten en espacios seguros donde las mujeres exploran su empoderamiento a través de la creatividad, tejiendo conexiones profundas entre su experiencia individual y la expresión artística. En última instancia este proyecto no solo documenta la fuerza de las sobrevivientes, sino que también crea un puente hacia la reconstrucción personal, utilizando la fotografía y el arte terapéutico como herramientas catalizadoras para la curación y el empoderamiento.

Al emplear el pronombre «Somos», se enfatiza la idea de que la lucha contra la violencia de género colectiva, también sugiere que todas las mujeres de este proyecto hacen parte de movimiento grande que busca abordar y erradicar la violencia de género. El performance fotográfico se ha convertido en una herramienta poderosa para denunciar la violencia de género y promover la conciencia social, el performance permite que las artistas creen espacios seguros para explorar temas difíciles como la violencia de género y los estereotipos impuestos por la sociedad en la vida de la mujer, mediante el performance se puede experimentar una forma efectiva de hacer que el público se involucre y se sienta emocionalmente conectado con las historias y experiencias de las mujeres que han sufrido violencia.

Este proyecto busca desafiar los estereotipos de género y crear conciencia sobre la discriminación y la desigualdad de género. Mediante este proyecto performatico se pretende realizar representaciones de empoderamiento a la mujer como protesta y denuncia sobre situaciones de violencia de género para hacer que el público comprenda su gravedad y su impacto emocional en las mujeres, la creación de instalaciones interactivas permitirá que el público experimente en carne propia situaciones que representan la violencia contra la mujer y así mediante diálogos y debates el público se involucre creando espacios de reflexión y conciencia.

La violencia de género es una realidad alarmante que trasciende las barreras geográficas, culturales y socioeconómicas, y sus efectos nocivos se sienten en todos los niveles de la sociedad. Es importante comprender que este flagelo no se limita a la esfera privada, sino que tiene profundas consecuencias que afectan la salud física y mental de las mujeres en todo el mundo. Por tanto, es necesario solucionar este problema de forma proactiva y activa crear conciencia sobre la magnitud de la violencia de género es el primer paso hacia su erradicación, es fundamental educar a la sociedad sobre la importancia del respeto a las mujeres y la necesidad de promover la igualdad en todos los aspectos de la vida. Además, es importante tomar acciones concretas para prevenir y combatir la violencia que tantas mujeres sufren cada día en todo el mundo. 

Las desigualdades sociales arraigadas en estructuras y patrones culturales son factores decisivos para perpetuar la violencia de género. Los estereotipos de género impiden que las mujeres logren un pleno desarrollo personal y profesional al limitar sus oportunidades y expectativas en la sociedad. Esta discriminación socava los cimientos de una sociedad justa y equitativa. Está claro que no se puede ignorar la violencia de género porque afecta a una parte importante de la población mundial y tiene un impacto devastador en la sociedad en su conjunto, por tal motivo es fundamental continuar implementando proyectos que promuevan la igualdad de género y contribuyan a construir una sociedad libre de violencia, donde todas las personas puedan desarrollarse plenamente sin miedo ni discriminación.