«Sonidos inocentes» es una instalación audiovisual creada como una forma de expresión artística para reflexionar sobre el respeto y amor hacia los animales, en particular los perros. A través de un enfoque experimental, la obra captura las respuestas emocionales sonoras de mis perros ante estímulos positivos y mediante un proceso de post producción, creo una obra audiovisual que destaca las frecuencias que son más relevantes subrayando la importancia del oído en su percepción y comunicación.
Me inspire en las respuestas emocionales de mis perros ante diferentes estímulos auditivos, esta obra busca generar conciencia sobre cómo el ruido afecta a los animales y la importancia de cuidarlos en este aspecto. Basándose en investigaciones científicas y etológicas, como las de Nikolaas Tinbergen, se resalta que la percepción auditiva varía entre especies y que los animales, a menudo, son más sensibles que los humanos a ciertos sonidos.
El propósito central de la obra es sensibilizar sobre la necesidad de cuidar a los animales, no solo en términos de salud física, sino también en su bienestar auditivo. Los animales pueden experimentar estrés, ansiedad y otros problemas debido a la exposición a ruidos fuertes o continuos, lo que afecta su comportamiento y su capacidad para comunicarse, orientarse, o protegerse.
Este proyecto radica en el poder transformador del arte. A través de manifestaciones artísticas, es posible sensibilizar sobre el bienestar animal y recordar la responsabilidad ética que los humanos tienen hacia ellos. El arte puede dar voz a los seres que no pueden expresarse por sí mismos y generar experiencias que trascienden lo visual, utilizando el sonido como un medio poderoso para evocar emociones y transmitir mensajes. Además de las composiciones sonoras, la obra incluye carteles informativos que proporcionan contexto sobre los desafíos que enfrentan los animales en cuanto a su percepción auditiva.
El proceso de explorar el arte sonoro ha transformado mi comprensión de esta forma de expresión, convirtiéndola en una herramienta valiosa para mejorar la calidad de vida de mis mascotas. La práctica de grabar y escuchar los sonidos de mis animales ha profundizado mi empatía hacia ellos y ha fortalecido nuestra conexión. El arte tiene el poder de despertar conciencia sobre el bienestar animal y puede ser un catalizador para el cambio social, al abordar temas como el maltrato animal y la pérdida de hábitat.
En conclusión, Sonidos Inocentes busca educar e inspirar al público sobre la importancia de cuidar a los animales del ruido, promoviendo la empatía, el respeto y la conservación ambiental mediante una obra que une el arte, la ciencia y la naturaleza.