Cecilia Traslaviña
Flujos de la memoria
Por Sonia Barbosa. Artista Visual.
Flujos de memoria es el título que proponemos para articular una muestra antológica de trabajos de la artista visual e investigadora Cecilia Traslaviña, con la que se da apertura al museo virtual MUNAD (Museo de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia).
De los varios tópicos que han rondado su camino creador, dos han sido estructurales. El primero es su dedicación a abrir sitio en el mundo del arte y del lenguaje audiovisual, para la animación experimental, explorando recursos narrativos emergentes e independientes de las pautas clásicas de estructuración de historias, y ampliando el abanico de materialidades y técnicas para poner en juego intereses expresivos inéditos. El segundo es la constante combinación de imaginarios provenientes de recursos tanto análogos como digitales, ampliando así los universos de referencia y las pautas sensibles activas en la mirada, atravesada por la imagen en movimiento.
La muestra que presentamos ofrece tres posibles caminos para recorrer:
– En el primero, energías que habitan los espacios, la artista juega con esperas e incertidumbres frente a historias construidas a partir de vibraciones y repeticiones. Los visitantes se encontrarán aquí con alusiones a recuerdos e incitaciones a la fantasía: recorridos por la niñez, la vida escolar, recuerdos familiares, o momentos en que la vejez trata de rehacer historias. Todo esto tejido, y a veces ampliado, por capas sonoras provocadoras de imágenes.
También recurren en este grupo evocaciones a personajes ausentes que hacen presencia con su energía y otros presentes que habitan los espacios e intuyen la presencia de los ausentes.
– El segundo camino, huellas e identidad, reúne obras cuya constante se expresa en rompecabezas compuestos de piezas, a veces más identificables, a veces más escondidas, por hacer parte de una gran imagen, que funcionan en conexión con un todo, no siempre evidente a la mirada, del que todos terminamos siendo piezas que se ponen o se quitan.
– En el tercer camino, trabajo con colaboradores, se trata de piezas desarrolladas en equipos colaborativos de artistas conectados en tiempo real, que durante 3 años consecutivos se pusieron cita para jugar al juego dadaísta del cadáver exquisito. Durante las sesiones cada integrante hacía sus aportes a dibujos que fueron mutando vertiginosamente para, después de días intensos de trabajo, pasar por procesos de construcción secuencial y edición y revelar el milagro de una obra pensada y configurada desde lo múltiple.
Ya que las colaboraciones han sido efectuadas con habitantes de otros países, las imágenes logradas son a la vez surcadas y liadas por potencias espaciales como el mar -y con él la imagen siempre desafiante del naufragio o la emoción de los escenarios de viaje-, líneas de muchas naturalezas que conectan situaciones e historias de vida, o dan cabida a pensar el paso del tiempo. Los trabajos que siguen por este camino se orientan en estructuras narrativas cíclicas, tan cercanas a la historia de la animación.
Los tres caminos están permeados por un sentido intensificado del tiempo -manipulado como material de la permanencia y el cambio-, secuencias fragmentarias de imágenes borrosas de recuerdos, saltos energéticos que hacen aparecer y desaparecer imágenes, y permanentes regresos de las mismas para almacenarse nuevamente, y siempre de manera provisional, en la memoria.