– Primer cuadro: En él se reconoce el valor bravío, entusiasmo y sacrificios que se hicieron para liberar a las colonias del norte del cono sur americano, de la opresión, humillación, esclavitud y degradación de las poblaciones de estos territorios, por parte del imperio español. Bolívar se representa desnudo como un símbolo de la libertad absoluta y del no pacto con ningún atuendo que lo pudiera encasillar o estigmatizar. Monta un caballo a pelo, sin riendas ni aperos, como un símbolo de la plena libertad.
Sus manos sostienen las armas, con las que lucha contra los opresores para conseguir la libertad, no necesitando sostenerse de la bestia, ya que ella misma, presiente y acompaña el propósito mayor de su jinete.
En este orden de ideas, la llama azul del amado Arcángel san Miguel derramada sobre Bolívar, lo unge para luchar por la justicia y la libertad tan anheladas. El fin mayor trascendente es conseguido, y el aroma de la libertad junto su abrazo, acoge amorosamente a todos. El sueño se ha hecho realidad.
– Cuadro número dos: Los herederos de la monarquía, muestra una escena apocalíptica, que aún hoy muchos ojos no ven, ni muchos oídos oyen (porque teniendo ojos no ven y teniendo oídos no escuchan). Los herederos de la corona están prestos a arrebatarnos la libertad, que con tanto dolor y sacrificio fue lograda. Dos seres, que nadie puede distinguir que clase de bichos son, toman entre sus manos los trozos de cadenas y signos del mal que fueron destruidos por un héroe, para reconstruir el infierno, infierno que esta vez, va a ser más doloroso que antes.
Estos seres muestran su identidad, son dos pequeños monstruos, cada uno se distingue con un color, tienen el poder de proferir palabras bonitas, llenas de convencimiento y poder, que hinchan el orgullo, palabras bellas que convencen, arrastran y motivan. Sus palabras nos hacen creer que no somos dignos de ellos, por tal motivo, debemos ganarnos su amor y confianza derramando la sangre en combate fratricida.
Pero nada de eso es suficiente, la fiesta debe empezar, las copas están vacías y el vino debe servirse, pero no es cualquier vino, deberá servirse en las copas de oro la fraternal sangre para que la fiesta eleve su nivel, la orgia de sangre debe comenzar y no parar jamás. Entre más puro el inocente y su sacrificio, más fuerte hará al poderoso al dominante.
La unción con sangre de inocentes está en marcha y dos centurias no son suficientes para bañarse en ella. Fruto de todo esto los inocentes se arman e intentan defenderse despertado tarde, pero han despertado y profieren palabras por los que están mudos de terror.
Pero los dos monstruos han crecido mucho, se han hecho gigantes y copulando entre ellos crean una generación de seres mutantes de distintos colores y símbolos que están locos y sedientos de sangre, de más sangre; la consiguen con el amado poder del terror, de la tortura y la ignominia… Parece ser que han logrado matar la esperanza…
– Tercer cuadro: El poder de Dios sobre toda las cosas. Hay una poderosa luz de esperanza.
Unos pocos luchan por crear un mudo, para que una buena semilla germine y cambie todo, sin dogmatismo, ni odios. En la libertad surge el amor por aprender suavemente, en la armonía de la naturaleza, el infante tiene acceso al conocimiento sin excusas, la oportunidad está creada para él. La niña y el niño son amados y su educación ya no es privilegiada. Es ofrendada con el sentido de educar el alma y construir con amor.
Se trasciende en la medida que cultivemos sanamente el espíritu. Se cree que ser humilde, es ser pobres… ¡que equivocados están! Para ser verdaderamente humildes es necesario vencer la ignorancia, el orgullo, la arrogancia y la soberbia, no odiar…. y por eso no es fácil ser humildes. Educar con humildad a los niños, para que a través de la humildad sean empáticos y sepan amarse y amar a todo y a todos.
Claudio Valerio Quintana Russy
Proyecto de investigación: Experiencia pedagógica, Taller multidisciplinar de artes.
Institución: USTA – Tunja.
Grupo de investigación: Innovación territorio y paz.
Semillero de investigación: Sei tejer-entre-nos-otros