
Relatos de la piel
Alcira Tarriba Solano
Ficha técnica del proyecto
Técnica: Instalación artística compuesta por 15 piezas gráficas (técnicas varias entre dibujos y textiles bordados) realizadas por la familia, 1 pieza central (acrílico, costuras, bordados, lápiz sepia, y pan de oro sobre lienzo) que sintetiza las reflexiones sobre la familia y sus cicatrices, 13 audios contenidos en un sitio web al que se accede a través de códigos QR.
Dimensiones: Variables (espacio expositivo mínimo: 11m x 1,50m)
Asesor de proyecto: July Hernández Ramírez
Año: 2024
Hace unos años en una reunión familiar, contábamos anécdotas de nuestras cicatrices, de cómo llegaron a nuestro cuerpo, y de cómo nos recordaban momentos que nos marcaron la vida. Desde ese momento empecé a pensar que las familias se unen en torno a historias y relatos de las vivencias y de las experiencias, y cuando los abuelos ya no están vivos, esas historias son mágicas para las generaciones más jóvenes, que logran conectarse con esos seres que posiblemente no pudieron conocer, o que a duras penas les cargaron cuando bebés.
“Los relatos son una forma muy poderosa de sanar las heridas, porque nombrar los hechos es una manera muy valiosa de reconstruir las memorias olvidadas y los sentimientos que hemos experimentado a lo largo de nuestra vida”. (Ruiz, s.f.)
Las cicatrices, como testimonios tangibles de nuestras vivencias, son el punto de partida para una reflexión personal sobre la identidad y la memoria familiar de la que nace “Relatos de la piel”. Esta obra analiza cómo, aunque las familias pueden atravesar experiencias que las fracturan, con el tiempo los tejidos rotos se recomponen y se convierten en recuerdos. Y es a través de los recuerdos de cada miembro de mi familia –compuesta por quince personas– que se revela un redescubrimiento identitario nutrido por los relatos íntimos de abuelos, padres, hermanos y sobrinos.
Este proceso de introspección, tanto individual como colectivo, da lugar a una obra que entreteje las anécdotas compartidas por sus protagonistas en una sola narrativa. A través de testimonios orales, se revela el carácter de cada individuo y el profundo valor simbólico de las cicatrices, no solo como marcas físicas, sino como elementos con múltiples significados.
Aunque usualmente solemos entender las cicatrices desde su acepción médica, estas se pueden interpretar desde muchas perspectivas. En nuestra vida, éstas tienen una belleza única que nos transmite un significado particular, el cual nos permite verlas de otra forma. Hay una acepción de las cicatrices, en un poema de Piedad Bonnett llamado Las cicatrices (Bonnet, 2011), que marcó una pauta importante dentro del proceso creativo:
“No hay cicatriz, por brutal que parezca,
que no encierre belleza.
Una historia puntual se cuenta en ella,
algún dolor. Pero también su fin.
Las cicatrices, pues, son las costuras
de la memoria,
un remate imperfecto que nos sana
dañándonos. La forma
que el tiempo encuentra
de que nunca olvidemos las heridas”.
- Piedad Bonnett (“Explicaciones no pedidas”, XI Premio Casa de América de Poesía Americana, 2011)
Una de las filosofías que inspira este proceso es el Kintsugi. Como explica Andrea Löhndorf, “no es solo una técnica, es una imagen poética para describir un proceso por el cual pasan las personas cuando sienten que sus vidas se hacen añicos cuando atraviesan momentos dolorosos o sufren una pérdida, y deciden recoger los pedazos de lo que fue su vida para crear una nueva. Esta nueva vida alberga el dolor y lo transforma” (Löhndorf, 2022). En este sentido, las cicatrices, con sus imperfecciones, narran historias únicas que conectan el pasado con el presente. La obra, una suerte de kintsugi de la historia familiar, recoge esa memoria colectiva y la unifica en una sola voz.
“Relatos de la piel” teje una profunda conexión entre individuos que, pese a sus luchas cotidianas, buscan mantener vínculos estrechos sin perderse en sus propias realidades. La obra pretende mostrar lo invisible; más allá de hablar de las heridas, del dolor y del trauma, rescata la belleza de estos procesos y propone una mirada desde la sanación, desde la resiliencia. Es una invitación a reflexionar sobre el cuerpo y la memoria. Las cicatrices, más allá del dolor, también hablan de superación y crecimiento. Cada imagen y relato busca que el espectador se conecte de manera íntima con la historia de cada individuo, así como con la historia del colectivo familiar.
Documento de proyecto de grado

Acerca del autor
Alcira Tarriba Solano
Estudiante del programa de artes visuales de la Universidad Nacional, Abierta y a Distancia