Proyecto Calco ha significado plantear la acción de calcar como una posibilidad de creación, reflexión y enseñanza sobre ciertos aspectos temporales y técnicos de la experiencia plástica. En especial, a partir de un trabajo con la imagen y desde nuestro lugar como dibujantes y profesores de dibujo.
Trabajar con estas tecnologías y maneras de dibujo han presentado otra relación de observación, conciencia y estructura de la forma que se calca. El dibujante observador de la imagen (siendo nosotros los primeros en conocer esta experiencia) podía entrar en diversos estados de conocimiento del objeto y el mundo a dibujar, pero también en estados meditativos o de reflexión acerca de su propia visión y la complejidad tecnológica del aparato de visión-representación al que se enfrentaba.
Poco a poco, el calco nos va mostrando otro tipo de continuidades y estructuras sobre los objetos e imágenes que nos interesan. Y en ello, nos ha permitido pensar con otros la infinita complejidad y particularidad tanto de la imagen como del mundo que nos rodea. Pensar el tiempo de los objetos aparentemente más simples, sus pliegues y densidades que en la cotidianidad pasamos por alto. Nos ha enriquecido en la experiencia del mundo y su tiempo. Pero, además, nos ha permitido reflexionar sobre ciertas formas de trabajo y sus posibilidades, como el dibujo digital, la fotografía y el desarrollo tecnológico de las máquinas para ver de forma más intensa, más detenida o más profunda como en el caso del proceso con el IED La Pradera.
Durante todo el proceso, lo que llamamos temporalidad artesanal fue apareciendo y complejizandose por la relación con el colegio y sus estructuras. Creemos que de alguna manera apareció el tiempo (incluso otro tiempo) y el hacer como una pregunta para el cuerpo, la mirada y su sentido; surgieron otras preguntas, que desde esta instrucción o repetición sin fin (pues siempre se puede repetir y mejorar la imagen) nos relacionaban con el valor de la repetición en sí misma, del hacer, y el reconocer o aprender algo en contravía del avance conjunto y parametrado.
Pero además, en la repetición los estudiantes fueron conjurando otras tecnologías para calcar y dibujar cada vez de maneras más precisas: descubrieron que la luz, el afilado de las herramientas, los vidrios, las superficies y su unión en dispositivos mecánicos podían desarrollar precisión y dejarles ver más; conjuraron sus propias preguntas entre el cómo y el para qué, con los cuales hoy reformulamos límites de la acción de calcar y generamos maneras propias de mirar o hablar sobre la experiencia.
Durante todo el proceso, lo que llamamos temporalidad artesanal fue apareciendo y complejizandose por la relación con el colegio y sus estructuras. Creemos que de alguna manera apareció el tiempo (incluso otro tiempo) y el hacer como una pregunta para el cuerpo, la mirada y su sentido; surgieron otras preguntas, que desde esta instrucción o repetición sin fin (pues siempre se puede repetir y mejorar la imagen) nos relacionaban con el valor de la repetición en sí misma, del hacer, y el reconocer o aprender algo en contravía del avance conjunto y parametrado.
Pero además, en la repetición los estudiantes fueron conjurando otras tecnologías para calcar y dibujar cada vez de maneras más precisas: descubrieron que la luz, el afilado de las herramientas, los vidrios, las superficies y su unión en dispositivos mecánicos podían desarrollar precisión y dejarles ver más; conjuraron sus propias preguntas entre el cómo y el para qué, con los cuales hoy reformulamos límites de la acción de calcar y generamos maneras propias de mirar o hablar sobre la experiencia.
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