Este mural se gestó debido a los diferentes sucesos inherentes al estallido social en Colombia, provocado por el inconformismo existente hacia las políticas y manejos del Gobierno de Iván Duque, durante los años 2020 y 2021, así como las diferentes acciones llevadas a cabo por fuerzas públicas como el ESMAD y la Policía, que vulneraban la condición de los ciudadanos, especialmente de la mujer. Este mural se realiza a partir de la frase “No somos territorio de Guerra” escrito en letras negras, grandes, anchas y muy visibles. En los espacios de las palabras se muestran algunos rostros de mujeres: una afro, una indígena y una con moretones en su ojo, víctimas de violencia de género en el país. En la mitad del mural se encuentra un casco de un miembro del ESMAD con placa 151486, sobre el cual se posa un chulo, el cual se asocia con la muerte y las acciones violentas y desmedidas de esta institución contra la ciudadanía. El fondo de este mural es fucsia y tiene algunas hojas distribuidas como espacio negativo, las cuales hacen referencia al vinculo de la mujer con el territorio. Este mural alude a la condición de la mujer como víctima primaria en los diferentes conflictos sociales que han existido a lo largo de la historia, puntualmente en Colombia, en zonas urbanas, ruares, aisladas y vulnerables, asociados también a los hechos de violencia de género que tuvieron lugar durante este estallido social a manos de integrantes del ESMAD. Surge con intención de protesta y reivindicación de los derechos de la mujer en una sociedad en la que han sido vulnerados constantemente. Por lo que el mural genera vínculo con diferentes sectores sociales, al ser aludir a situaciones que de una u otra forma todas las mujeres hemos tenido que vivir. Algo a resaltar es que el mural ha sido poco vandalizado, tal vez por el mismo impacto del mensaje que transmite.
Investigación y fotografía realizadas por Angy Nataly Martínez Yopasá (2023)